
La prostitución es un término que procede del latín prostitutĭo. La persona mantiene relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero.
Esta práctica es llevada a cabo tanto por mujeres como por hombres, independientemente de su orientación sexual.
La prostitución existe desde los orígenes del ser humano. A continuación, mostraremos una breve cronología, en la que aparecen distintos momentos y lugares, en los que se se ejercía esta práctica.
- En el tercer milenio antes de Cristo, en Babilonia todas las mujeres tenían la obligación, al menos una vez en su vida, de acudir al santuario de Militta (la Afrodita griega) para practicar sexo con un extranjero como muestra de hospitalidad, a cambio de un pago simbólico.
- En la Grecia clásica, la prostitución era practicada tanto por mujeres como por hombres jóvenes. El término griego para la prostitución es porne, derivado del verbo pernemi (vender). Las prostitutas debían vestirse con ropas distintivas y estaban obligadas a pagar impuestos. En la iglesia tenían un lugar reservado e incluso eran enterradas separadas del resto.
- Fue en la antigua Atenas donde se estableció el primer burdel, en el siglo VI a.C.
- Imperio Romano, la prostitución era habitual y había nombres distintos para las mujeres que ejercían la prostitución según su estatus y especialización.
- Roma Clásica, algunos prostitutos masculinos esperaban en las esquinas de los baños a mujeres que solicitaran sus servicios.
- En el siglo IX, Carlo Magno ordenó el cierre de todos los establecimientos donde a las mujeres se les permitía tener relaciones sexuales promiscuas y dispuso el destierro de las prostitutas. Durante las Cruzadas, las mujeres se vestían de hombres para poder viajar junto a los ejércitos, y así ofrecerles sus servicios.
- Edad Media, la recesión económica hizo que las prostitutas se establecieran en urbes grandes, generalmente villas universitarias, por la gran afición de los estudiantes a sus servicios.
En algunos casos, la prostitución es considerada como un delito y se castiga tanto la oferta como el consumo. En otros, sólo está penada la actividad del proxeneta.
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